El 21 de Diciembre tuvieron lugar ocho allanamientos en distintos domicilios de Gualeguaychú y en la misma reserva natural “El Potrero” a partir de la denuncia radicada por cazadores furtivos que daban cuenta de serias irregularidades que se cometían en el lugar en infracción a la ley de caza y otras.
La denuncia estuvo centrada en el hecho de que los cazadores eran despojados de sus armas y luego, para recuperarlas, debían “arreglar” con los cuidadores del lugar o las perdían para siempre, quedando estas en manos de los propios guardadores del lugar, sin que dieran cuenta de esos secuestros a la policía.
Luego, otro delito grave que fue denunciado es el negociado que se realiza dejando ingresar a cazadores extranjeros que pagan fuertes sumas en dólares para cobrar las piezas de su preferencia.
Los propios cuidadores del lugar, que antes fueron cazadores furtivos, ahora hacen de las suyas dentro de la reserva.
Es como dejar al zorro dentro del gallinero. Esto con la complicidad de quien es encargado del lugar, que fue el responsable de contratar a estas personas desplazando a policías que antes realizaban esa tarea.
En los allanamientos se secuestraron armas sofisticadas, proyectiles y teléfonos celulares.
“TODO ESTA COMO ERA ENTONCES”
Sin embargo, cuando se supone que la justicia ya debería tener algunos elementos para actuar, pareciera que nada ha pasado y las cosas siguen igual dentro de la reserva.
Sabemos que las personas que fueron objeto de allanamientos positivos en sus domicilios, hoy continúan desarrollando la actividad dentro de la reserva como si nada hubiera pasado.
Tenemos datos concretos sobre la continuidad de estas actividades ilegales, amparados en la impunidad que les dan los propios encargados y propietarios del lugar.
Desde la justicia no se informa nada, la policía no tiene conocimiento de los resultados, y los principales sospechosos siguen haciendo de las suyas.
“EL INCENDIO: OTRA PERLITA”
Como si todo esto fuera poco, hace dos semanas se declaró un incendio en la reserva que arrasó con 400 hectáreas de la misma.
Fue una quemazón de proporciones a la que debieron acudir los bomberos voluntarios, quienes trabajaron más de ocho horas en el lugar, con la ayuda de dos aviones hidrantes pertenecientes a la provincia dentro del plan nacional del fuego.
Lo sospechoso de este incendio es que se produjo sólo en la zona donde se realizan los recorridos. Se quemaron los espacios donde están los apostaderos, los miradores y las sendas que conducen a diferentes espacios de la reserva.
Es llamativo que ni los sembradíos de soja, ni las plantaciones de eucaliptos fueron afectadas.
NOVA pudo saber, de fuentes muy confiables que estuvieron en el lugar, que hay evidencias de que el fuego se habría iniciado intencionalmente.
¿”Nadie investigó esto”?.
La dirección de recursos naturales de la provincia debería dar a conocer un informe de situación sobre un incendio de tal magnitud que se produce en una de las reservas naturales protegida más grande del país. Esto no se ha producido.
A sabiendas de los problemas que hace poco tiempo existieron y las posteriores investigaciones de la justicia, al menos cabe preguntarse si este incendio no tiene alguna relación con estas denuncias.
Tal vez no sea así, pero sería bueno despejar las dudas como corresponde y descartar la probabilidad que se haya hecho con la intención de borrar pruebas.
Mientras tanto, ni desde organismos oficiales, ni desde la justicia, ni desde la propia empresa propietaria de El Potrero se han realizado pronunciamientos de ninguna clase.
¿”No merece que se den las explicaciones necesarias”?
{fcomment}
