Sangriento episodio en La Matanza.Las víctimas son dos hermanos paraguayos de 24 y 26 años y un primo de ambos, de 27. Todos tenían antecedentes. Tres hombres llegaron en un coche y les dispararon al menos 12 balazos en plena madrugada.
El barrio Villa Dorrego, en la localidad de González Catán, está conformado por casas precarias que se volvieron aún más precarias con la última inundación, ocurrida hace un mes. Con la llegada del agua –el río Matanza queda a menos de una cuadra– muchos dejaron el lugar y, ante esto, otros aparecieron para ocupar las casitas abandonadas y usarlas como aguantaderos.
Fue en una de esas casillas que ayer a la madrugada fueron asesinados a quemarropa tres jóvenes paraguayos, dos de ellos hermanos. En principio, las tres víctimas tenían domicilio en el barrio San Alberto, también ubicado en el partido de La Matanza. Pero al parecer hace un tiempo se los veía por Villa Dorrego.
Para la Policía, no caben dudas de que se trató de un “ajuste de cuentas”. Lo que aún no está tan claro es el motivo de fondo. Las teorías van desde una venganza por un tema de drogas hasta la represalia de alguna banda por una “buchoneada” o una respuesta a un asesinato anterior.
El único testigo con el que hasta ayer contaban los investigadores era un vecino que desde lejos –unos 100 metros de distancia–, luego de escuchar los disparos, vio alejarse de la zona a tres sicarios a bordo de “un auto viejo”. “Puede ser un Ford Falcon, un Valiant, o un Chevrolet 400, no lo sabemos con exactitud”, confió a Clarín una fuente policial.
El episodio ocurrió cerca de las 2.30 de la madrugada de ayer en la esquina de las calles Donizetti y Tarija y tuvo como víctimas a Fabián Osvaldo Villalba Medina (24), a su hermano mayor, Celedonio Villalba Medina (26), y al primo de ambos, Anselmo Villalba Prieto (27), todos de nacionalidad paraguaya. De acuerdo a las primeras informaciones difundidas, cada uno tenía al menos dos disparos y todos registraban antecedentes penales relacionados con robos y abuso de armas.
Ninguno de los tres, al parecer, tenía domicilio fijo, aunque al momento del ataque sí estaban ocupando una casilla ubicada a unos 50 metros del Río Matanza, donde fueron asesinados. “El lugar es de material y tiene techo, pero no tiene ni ventanas, ni puertas. Así que cuando llegaron a matarlos no pudieron refugiarse en ningún lado”, contaron los investigadores a Nova.
Los cuerpos quedaron regados en una misma área. Uno fue encontrado casi adentro de la casilla, otro estaba tirado en la entrada y el tercero, cerca del límite con la vereda. En el lugar se encontraron unas doce vainas servidas calibre 9 milímetros, pero la Policía no descartaba ayer que se hubiera usado una segunda arma: un revólver, por ejemplo, que no deja cápsulas tiradas.
“Se habla de una venganza narco pero hasta ahora no encontramos nada que lo confirme. Ni en esa casilla ni en otras que estaban vacías en la misma zona se encontraron drogas, ni anotaciones, ni nada”, aseguró una de las fuentes consultadas por Nova.
Si bien apuntan a un “ajuste de cuentas”, los investigadores creen que también pudo haber estado relacionado con algo que exceda al narcotráfico. “Declaró una hermana de los Villalba Medina y comentó que tal vez ellos pertenecían a una banda de ladrones que los ajustició por considerar que habían trabajado como informantes para la Policía”, agregó la fuente consultada.
El caso quedó a cargo del fiscal Jorge Yametti, de la UFI de La Matanza especializada en Homicidios. Según explicó el funcionario a la agencia de noticias Télam, en las próximas horas tendrá en su poder los resultados de distintos peritajes y de la autopsia.
El fiscal admitió que se trabaja sobre la hipótesis de “un ajuste de cuentas por drogas o por otra muerte” ocurrida días atrás en la zona oeste del conurbano. Para Yametti, lo que parece claro es que los atacantes conocían la zona, ya que el barrio es de difícil acceso.
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