El ministro de Defensa, Julio Martínez, dijo que el rompehielos Irízar, cuyas obras de restauración alcanzaron ya a un 95%, “va a quedar chico” y “será necesario adquirir un buque polar complementario” como consecuencia de que la demanda de servicios en las bases antárticas argentinas es cada vez mayor.
El ministro de Defensa, Julio Martínez, dijo que el rompehielos Irízar, cuyas obras de restauración alcanzaron ya a un 95%, “va a quedar chico” y “será necesario adquirir un buque polar complementario” como consecuencia de que la demanda de servicios en las bases antárticas argentinas es cada vez mayor.
Con las obras de restauración del buque, que sufrió un incendio hace poco más de 9 años, se multiplicó por cinco el área destinada a laboratorios de investigación (pasó de 74 a 415 m2) y también creció el espacio dedicado al transporte de pasajeros (de 245 a 313 plazas), lo que redujo la capacidad logística del barco, explicó.
“Cuando el Irízar esté en condiciones será un paso adelante. Pero la demanda en las bases es cada vez mayor y será necesario adquirir un buque polar complementario”, apuntó el ministro.
La reparación de la nave costó US$ 147 millones, a lo que deben añadirse otros US$ 137 millones por el alquiler de buques de reemplazo en las sucesivas campañas antárticas, lo que resulta un desembolso de US$ 284 millones cuando se podría haber construido uno nuevo en tres años por US$ 250 millones, según datos del diario.
“Hubo un costo de aprendizaje que se podría justificar si después uno arreglara veinte Irízar más. Pero no hay en el mundo veinte Irízar más, ni tanta demanda”, admitió Martínez, quien señaló que mientras era diputado, durante la gestión kirchnerista, había planteado estos reparos a la reparación del buque.
El funcionario agregó que se evalúa comprar un buque usado porque “la entrega de un buque nuevo demora dos o tres años”.
También indicó que la última campaña antártica se cumplió “con total normalidad” gracias “al profesionalismo y la voluntad de las Fuerzas Armadas se pudo llevar adelante” a pesar de la falta del Irízar.
“Ahorramos más de US$ 12 millones en medios navales y US$ 1 millón en el alquiler de los medios aéreos para llegar a Belgrano II (la base más austral), con aerolanzamientos y dispositivos para el traslado de personal. Y en los alimentos podremos tener un ahorro del 50 por ciento”, indicó Martínez, quién agregó que cuando termine la campaña entregarán esos balances “a la causa judicial” para establecer si en años anteriores hubo gastos excesivos.
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