Verano 2016
Es la temporada con mayor presencia de argentinos en los últimos 10 años. El gran atractivo: los bajos precios, en comparación con la Costa. Los que viajan en auto tienen hasta 5 horas de demora en la frontera.
“Dale, dale, dale santurrona, moveme esas gomas, moveme esa burrona”. En la tierra de Caetano Veloso y de los mil poetas brasileros, la música que suena la ponen los argentinos. En este caso, el musicalizador es Diego, un argentino que vive hace seis años en Florianopolis y ahora se gana la vida vendiendo licuados y tragos en la playa de Canasvieiras. Argentinos hay por todos lados, como nunca en los últimos años. Se veía venir esta temporada record, la mejor de los últimos diez años según anticiparon en el Embratur, el ente que promociona el turismo en Brasil. Este verano servirá para agilizar una economía muy desgastada, que por televisión no para de promocionar los Juegos Olímpicos pero que en la vida real pinta otro panorama: “acá no la estamos pasando muy bien”, dice Diego, que trabajó en un banco en Argentina y ahora prepara un licuado de ananá y frutilla (8 reales, unos 25 pesos argentinos). “Por primera vez veo que los brasileros están atentos al precio de su moneda respecto del dólar. Y la verdad es que está todo muy barato”, dice Diego, casado con una brasilera y con una hija de dos años. “Estoy pensando en volver a Argentina”, admite.
Según los que trabajan con el turismo, a partir del 6 de enero el predomino de los argentinos será abrumador. Por ahora, las playas de Florianopolis muestran una convivencia entre los turistas brasileños que pasan fin de año en las playas –y que empezarán hoy, primer día hábil del año, una lenta retirada– con los turistas de celeste y blanco. Hay argentinos, de a miles, pero también muchos uruguayos, que se benefician todavía más con la devaluación del real.
