Estuvo 11 días desaparecida
Apareció en Donato Alvarez y Avellaneda, con hambre y deshidratada. Sus amigos y familiares realizaron hoy un corte en Caballito pidiendo su aparición.
Layla Sainz Fernández, la adolescente de 13 años que estaba desaparecida desde el 22 de octubre, apareció sana y salva cerca del mediodía en la Plaza del Angel Gris, del barrio de Flores, ubicada en Donato Alvarez y Avellaneda. Estaba hambrienta y deshidratada.
Según confirmó el secretario de Ademys Jorge Adaro, la joven está bien y deslizó que los investigadores apuntan a una presunta organización de trata que operaría en la Villa 1.11.14 del Bajo Flores, donde vive la chica junto a su familia.
La joven estuvo 11 días desaparecida. El último contacto de la niña había sido el jueves 22 de octubre, cuando estaba conectada a Internet alrededor de las 14.30 desde un ciber en la calle San Juan, de la Villa 1-11-14.
Luego de eso la familia no supo más nada. Y los investigadores estaban tras la pista de de un contacto de Facebook de Layla con el que la chica había estado chateando la noche anterior a su desaparición. “El padre vio que estaba chateando con alguien y le preguntó quién era. Ella le dijo que era un amigo pero se puso muy nerviosa, la madre dice que nunca la había visto así. Cuando el padre le sacó la computadora vio que era un perfil de Facebook creado en agosto, con un nombre de varón y con 208 contactos, todas nenas”, contó días atrás una amiga de la familia.
La aparición de la joven se dio en momentos en que sus familiares y amigos realizaban una concentración en Acoyte y Rivadavia, en el barrio de Caballito, para exigir a la Justicia que intensificara la investigación.
Preocupación en la escuela
“Desde nuestro rol de docentes comprometidos con la educación, pero también con la construcción de una sociedad más justa para todos, nos encontramos en estos momentos acompañando más que nunca no sólo a la familia de Layla, sino también a sus compañeros”, señalaron en un comunicado docentes y directivos de la Escuela Normal Superior N´4 Estanislao Zeballos, donde asiste Layla.
Tal como lo mencionaron sus padres en diferentes entrevistas, la comunidad educativa denunció que “desde hace meses, varias jóvenes de distintas escuelas de la zona sur de la Ciudad contaron a sus docentes que estaban siendo amenazadas a través de redes sociales”.
“Ante la desaparición de Layla, creemos que no se trata de casos aislados y tememos que ella también sea una víctima más de estas situaciones”, afirmaba el comunicado de la convocatoria.