Viviana y Sergio comenzaron su generosa obra allá por el año 2012. Frente a las necesidades más básicas que afectan a los niños del Barrio Toto Irigoyen, donde ellos viven, no dudaron en ofrecer su propia casa para crear un espacio que día a día se volvió una respuesta inmediata y concreta al padecer de estos chicos. Sólo con recursos propios, y con otras tantas necesidades a cuestas, comenzaron su labor.
En el camino muchas manos, igualmente generosas acompañaron esta tarea. Muchas personas anónimas y comprometidas que hicieron posible comenzar hoy la construcción del tan ansiado salón, que les permitirá ofrecer a estos pequeños abrigo y resguardo los días de lluvia, viento y frío.
Un par de meses atrás, se organizó la rifa de una TV donada por una conocida casa de electrodomésticos de la ciudad. La comunidad respondió al llamado y por eso, este matrimonio no encuentra palabras para agradecer que, en este momento, cuentan con los materiales y comienzan los trabajos de construcción. Porque el merendero no sólo ofrece una taza de leche y un pan con manteca; en este lugar los niños son tratados con amor y cariño. Se les brinda un espacio de juego y recreación, y se cuidan sus fantasías infantiles con la misma importancia que sus otras carencias, organizando actividades de entretenimiento, algo que también les hace mucha falta.
Y como las obras que empiezan con generosidad solo pueden esperar seguir creciendo, ahora contarán con un lugar adecuado para recibir apoyo escolar; así como también se podrán realizar talleres de labores que capaciten a sus padres en una salida laboral.
Somos lo que damos y siempre podemos ser un poco más. Para comunicarse con el merendero y colaborar es posible mandar un mensaje en su página de Facebook “Merendero Lucecitas”, o llegar hasta la casa número 1 de Viviana y Sergio en calle Irazusta al sur del barrio Toto Irigoyen. Ellos se encargan de buscar las donaciones adonde sea necesario. Podemos ayudar con alimentos para la merienda: leche, azúcar, cacao, pan, galletitas; útiles escolares, ropa, calzado, juguetes en buen estado y que ya no se utilicen. Todo es bienvenido y multiplica el aporte que podamos hacer por más pequeño que nos parezca.