Primera División
En Núñez, a partir de las 18.15, se juega el clásico mayor. El equipo de Arruabarrena, con Tevez, va por un triunfo para volver a ser líder. Televisa Canal 7.
Desde Patricios, con la derrota de San Lorenzo, soplaron aires agradables anoche para este lado de los clásicos. Aunque la realidad propia no se construye con las caídas ajenas, claro. Aquel gol postrero del equipo de Bauza, el domingo pasado, no sólo bajó a Boca de la cima justo en la antesala del Superclásico: lo aturdió. Le movió el piso. Por eso hoy, y más allá de este celebrado triunfo de Huracán, Boca deberá espantar todos los fantasmas y olvidarse que no tendrá a Pablo Pérez, hoy el jugador más influyente en el equipo después del crack de Fuerte Apache. Y olvidarse que tampoco tendrá a Colazo, lesionado como Pérez. Ausente como el suspendido Calleri. Y olvidarse, por sobre todas las cosas, de esos planetas que últimamente se alinearon con una sincronización tremenda alrededor del aura ganadora de este River de Gallardo, que terminará el año en el Mundial de Clubes, en Japón. Este River que recibirá hoy a Boca con un estampado sobre su camiseta, especial para la ocasión, con la recientes Copas conquistadas, la Libertadores, la Sudamericana y la Recopa. Es decir, el equipo estrella contra el jugador estrella, este Carlos Tevez que deberá cargar acaso con una injusta mochila sobre sus espaldas.
Porque cuando se fue de gira a los Estados Unidos con la Selección, Tevez dejó a Boca solo en la punta, con dos unidades por encima del conjunto de Bauza. Y hoy llega a esta parada brava como el único superhéroe capaz de salvar en el Monumental al equipo de Arruabarrena. Está claro que Boca, que fue líder en 16 de las 23 fechas disputadas (es decir, el 70 por ciento del torneo) se juega mucho más que River hoy. Y esto va más allá de los fríos números de la tabla. Tiene que ver con los orgullos. Dos caídas seguidas en los duelos más importantes del certamen pueden golpear al equipo en general, a su técnico en particular y hasta a esta dirigencia -que aún no conquistó ningún título- si pretende ganar las elecciones de diciembre.
En River jugará de entrada su flamante refuerzo, Milton Casco, quien deberá compensar con su experiencia el poco tiempo que lleva junto a sus nuevos compañeros. Habrá duelos por afuera, con Mora de un lado y con Palacios del otro, como protagonistas. Habrá duelos por adentro, con un ramillete de actores, entre ellos los seleccionados Kranevitter (que crece día a día) y Gago (que necesita recuperar su nivel). Y habrá, en definitiva, noventa minutos del clásico más clásico latiendo en todo el país.
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