Pocas personas llegan a contemplar a Mercurio a simple vista. Debido a que su órbita es la más cercana al Sol, suele quedar oculto por el intenso resplandor solar y apenas se asoma en los crepúsculos. Sin embargo, en ciertos momentos del año, cuando adelanta a la Tierra desde el interior de su órbita, este pequeño planeta ofrece una breve ventana de visibilidad.
En 2025 tendremos una de esas oportunidades. Mercurio alcanzará un brillo inusual y será más fácil de observar en el cielo del amanecer entre el 28 de noviembre y el 25 de diciembre. Durante estas semanas aparecerá bajo en el horizonte este-sureste, emergiendo poco antes del amanecer y destacando tenuemente justo por encima de Venus, que seguirá siendo mucho más brillante.
Para detectarlo, lo ideal es buscar un horizonte despejado sin edificios, árboles o montañas que bloqueen la vista. También se requiere algo de paciencia y atención: aunque estará relativamente brillante para sus características habituales, Mercurio seguirá siendo mucho más tenue que Venus, por lo que conviene comenzar a observar unos minutos antes de que claree demasiado el cielo. Si las condiciones acompañan, podrás disfrutar de uno de los espectáculos más sutiles y esquivos del firmamento.
