Diario Nova

El testigo amplió detalles sobre López y el viernes declararán las monjas-Nova

JESÚS OJEDA, EL POLLERO QUE ALERTÓ A LA POLICÍA SOBRE LO QUE OCURRÍA EN EL MONASTERIO DE GENERAL RODRÍGUEZ, ASEGURÓ QUE “VEÍA A MUCHA GENTE” INGRESANDO LOS DOMINGOS, ALGUNOS EN AUTOS DE ALTA GAMA. EN TANTO, LAS RELIGIOSAS MARÍA Y MARCELA FUERON CITADAS A DECLARAR EN CALIDAD DE IMPUTADAS.

El testigo que llamó al 911 para denunciar la presencia de un presunto intruso en el convento de General Rodríguez durante la madrugada del 14 de junio declaró hoy que nunca antes había entrado a ese lugar pero que solía ver “mucha gente” ingresando los domingos, algunos en autos de alta gama.

El declarante fue Jesús Ojeda, el repartidor de pollos que alertó a la Policía bonaerense sobre la presencia de un extraño revoleando bolsos hacia el interior del monasterio, que resultó ser el ex secretario de Obras Públicas José López, quien se encuentra detenido desde entonces, primero por portar un arma de guerra y luego por enriquecimiento ilícito.

La declaración se produjo el mismo día en el que uno de los abogados de López, Fernando García, salió a decir que su defendido le aseguró que “un sector de los servicios de inteligencia lo siguió de forma ilegal”.Ojeda declaró como testigo ante el juez federal Daniel Rafecas a quien le dijo que llamó al teléfono de emergencias pasadas las 3.15 y que 15 minutos más tarde llegó la policía, algo que en realidad ocurrió a las 3.50.

Relató que esa madrugada se despertó preocupado porque escuchó ruidos afuera de su casa y creyó que le estaban robando la camioneta que utiliza para el reparto de pollo, por lo que se asomó a la ventana.

Fue entonces cuando el testigo dijo que observó a un hombre tirando “bolsas negras” por encima de un tapial hacia el interior del convento y que se acercó a la escena para hacer notar su presencia, hecho que no habría alterado los planes del ex funcionario quien, a pesar de verlo, saltó el portón.Tras ese episodio, Ojeda dijo que llamó al 911 y cuando llegó la policía les relató lo ocurrido y les pidió que ingresaran al convento para revisar que no hubiera ningún problema con las monjas que viven allí, algo que los efectivos policiales le dijeron que no estaban en condiciones de hacer.

La semana pasada, uno de los policías que participó del operativo atestiguó que tras llegar al convento mantuvieron un diálogo a través del portero eléctrico con alguien que se encontraba en el interior y dijo que allí no había entrado nadie.

Cuando al fin lograron entrar al convento, los policías -según su propio relato- atravesaron los 100 metros que separan al portón de entrada de la casa principal y detectaron que había un hombre comiendo bizcochos.

Antes de ingresar a la casa, vieron el arma con el que el hombre había llegado y fue allí que decidieron detenerlo, cuando aún no sabían que se trataba de un ex funcionario y que había entrado con 9 millones de dólares.En su declaración de hoy, Ojeda afirmó que cerca de las 6 se alejó de la escena para ir a buscar a su mujer al trabajo pero contó que cuando volvió los policías le pidieron que oficiara de testigo del procedimiento y fue entonces que ingresó por primera vez al convento, al que la policía ya había ingresado.

Además le dijo al juez que tuvo oportunidad de ver el cargador del arma con la que López entró al convento, según quedó registrado en las imágenes tomadas por las cámaras de seguridad del lugar y difundidas por televisión hace poco más de 10 días.

El testigo declaró que nunca antes había ingresado al convento y que los domingos solía asistir mucha gente, algunos incluso en “autos y camionetas de alta gama”, pero que no los conocía.La declaración de Ojeda en los tribunales de Comodoro Py, en el barrio porteño de Retiro, duró dos horas. A ese mismo juzgado de Rafecas concurrirán mañana a prestar declaración testimonial las religiosas consagradas María y Marcela, que viven en el Monasterio Nuestra Señora del Rosario de Fátima junto a Alba e Inés, las otras dos religiosas, que están citadas a declarar en calidad de imputadas.

Una de esas dos religiosas, Marcela, dijo que fue ella junto con Inés, quienes estaban en el lugar cuando llegó López con los bolsos llenos de dólares y un arma semiautomática que dejó en el piso, junto a la entrada de la casa situada dentro del convento.

En tanto, esta mañana, Fernando García, uno de los abogados de López le concedió una entrevista a Radio Nacional en la que dijo que su defendido le aseguró que era objeto de un seguimiento “ilegal” realizado por los servicios de inteligencia.”Textual, lo que dijo López, es que un sector de los servicios de inteligencia lo siguió de forma ilegal”, sostuvo el abogado, quien sin embargo aclaró que “no habló de la Secretaría de Inteligencia, porque si el organismo hubiera actuado lo hubiera hecho dentro de una actividad lícita”.