Es una serpiente clave donde habita ya que ayuda a controlar las poblaciones de roedores e insectos, manteniendo el equilibrio natural. Aunque su mordedura es venenosa, no es una especie agresiva y solo ataca si se siente amenazada.
Su presencia es un indicador de un ecosistema saludable, por lo que aprender a convivir con ellas es fundamental para la conservación de la biodiversidad.
¿Cuándo es más activa la yarará?
En épocas de calor, principalmente en primavera y verano, cuando las temperaturas son más altas. Durante estos meses es más común verlas tomando sol en senderos, rocas o pastizales.
En otoño e invierno, con el frío, reducen su actividad y buscan refugios protegidos, como troncos huecos o espacios debajo de piedras.
Por eso, en los meses cálidos es fundamental caminar con atención, mirar el suelo y respetar su espacio para evitar encuentros inesperados.
¿Cómo identificar una yarará?
La yarará tiene un patrón muy particular: dibujos en forma de “teléfono antiguo” sobre su piel, con un fondo marrón y distintas tonalidades claras y oscuras. Este diseño la vuelve inconfundible y funciona como un camuflaje perfecto entre hojas, tierra y pastizales.
¿Qué hacer si ves una yarará?
Mantené la distancia: no te acerques ni intentes atraparla. Son animales tímidos que solo atacan si se sienten amenazados.
Evitá movimientos bruscos: aléjate lentamente para no alterarla.
No las mates: las serpientes son esenciales para el equilibrio del ambiente y cumplen un rol fundamental en el control de plagas.
No la pierdas de vista y comunicate con Bomberos Voluntarios (100) para que pueda ser reubicada de forma segura.
Recomendaciones para caminar seguro en áreas naturales. En los senderos puede haber yararás; seguí estas precauciones:
Mirá siempre el suelo: prestá atención a dónde pisás, especialmente en zonas con pasto alto, hojas secas o piedras.
Caminá con calma: evitá movimientos bruscos que puedan asustar a los animales.
Usá calzado adecuado: botas o zapatillas cerradas ayudan a protegerte.
No metas las manos en troncos o huecos: las serpientes suelen refugiarse en estos lugares.
Si ves una, no la molestes: la yarará no es agresiva y se alejará si no se siente amenazada.
Respetar su espacio es clave para convivir con la naturaleza sin riesgos.
