A CINCO DÍAS DE LOS DOS ATENTADOS EN BRUSELAS, LA FISCALÍA BELGA ANUNCIÓ ESTE DOMINGO 13 NUEVAS REDADAS, QUE DEJARON CUATRO PERSONAS DETENIDAS, MIENTRAS UN ENFRENTAMIENTO ENTRE GRUPOS DE EXTREMA DERECHA Y LA POLICÍA TENSARON EL CLIMA.
Desde los atentados que dejaron 34 muertos y más de 200 heridos en Bruselas, la Fiscalía federal belga se esfuerza por desarmar la compleja trama que, según informó, une a los responsables de los ataques de esta semana con los de noviembre pasado en París.
A través de un comunicado, informó hoy que la Policía realizó redadas en las ciudades de Mechelen y Duffel, ambas en la provincia flamenca de Amberes, así como en Bruselas y en los distritos capitalinos de Molenbeek, Anderlecht y Laeken, según la agencia de noticias EFE.
En total, nueve personas fueron detenidas, pero sólo cuatro quedaron tras las rejas luego de un primer interrogatorio, a la espera que un juez decida si les corresponde prisión preventiva en su calidad de sospechosos de terrorismo.
No está claro si los detenidos podrían estar vinculados a los atentados en Bruselas o a los ataques de París, ya que ambas investigaciones se han unificado, luego que la Fiscalía informara que se trata de la misma célula europea del Estado Islámico (EI), la milicia extremista asentada en Siria e Irak que se adjudicó la autoría de los atentados en ambas capitales.
Mientras la investigación avanza, la tensión aún domina Bruselas.
El gobierno belga había pedido suspender por razones de seguridad la llamada manifestación por la paz que varias organizaciones civiles habían convocado para hoy.
Pese a ello, cientos belgas se congregaron alrededor del altar de flores y carteles levantado esta semana en honor de las víctimas de los atentados.
La manifestación se mantuvo pacífica hasta que un poco más de 100 militantes de extrema derecha llegaron a la céntrica Plaza de la Bolsa y comenzaron a gritar proclamas xenófobas.
Los “Belgian hooligans” como se definían los propios manifestantes de extrema derecha, llegaron a la plaza al grito de “Estamos en nuestra casa” y advirtieron que ya habían sido “demasiado tolerantes con los extranjeros”.
Ante la negativa de los manifestantes de extrema derecha, la policía antidisturbios belga los rodeó, los reprimió con camiones hidrantes en medio del improvisado altar y, finalmente detuvo a una decena de ellos.
Los enfrentamientos y la represión llevó hoy a varias organizaciones civiles a suspender otro homenaje a las víctimas que estaba programado para mañana lunes en el Atomium, uno de los símbolos de Bélgica.
Aunque ahora la lupa está puesta sobre los errores y los problemas que permitieron un nuevo atentado en Bélgica, ya no hay dudas de que la búsqueda de los responsables trasciende las fronteras de ese país e inclusive las de Francia.
La Policía italiana detuvo hoy a un argelino en Sorrento, en el sur del país, sobre el que pesaba una orden de captura emitida por las autoridades belgas.
Según la Fiscalía belga, el africano pertenecería a una red de falsificadores de documentos que ayudaron a los atacantes del EI para poder atacar en París y Bruselas en los últimos meses.
La Policía italiana informó en un comunicado, que el detenido es Djamal Eddine Ouali, un hombre de 40 años, y que fue detenido delante de la Iglesia de la localidad de Bellizzi, en la provincia de Salerno.
Además, el diario dominical alemán Welt am Sonntag informó hoy las fuerzas de seguridad de varios países europeos buscan intensamente a ocho presuntos cómplices, en su mayoría franceses o belgas, de los cinco atacantes que hicieron explotar tres bombas en el centro de Bruselas.
Las autoridades belgas creen que los presuntos cómplices ya salieron de su país e intentarían cruzar Europa para llegar hasta Siria, país en guerra en el que el EI tiene una de sus principales bases.
Según este medio, el islamista que murió en un enfrentamiento con la policía belga en el distrito capitalino de Forest esta semana, el argelino Mohamed Belkaid, sería el cerebro de la célula europea del EI.Belkaid, sostuvo el medio citando fuentes de inteligencia alemana, había coordinado junto con Najim Laachraoui, uno de los dos hombres que se inmoló en el aeropuerto internacional de Bruselas, tanto los comandos que protagonizaron una ola de atentados en París en noviembre pasado, como los que sacudieron Bélgica.
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