Poder y negocios
Son giros en el exterior de socios y financistas vinculados al mundo K. Los datos los hallaron los fondos buitre y los enviaron a la ex procuradora del Tesoro. Ella intentó hacerlos desaparecer. Aparece un hijo de Báez.
Esta historia empieza, como tantas, en Río Gallegos, Santa Cruz. Sigue en Buenos Aires. Después en Nueva York. Y se diversifica a ciudades de varios países, exóticas o cosmopolitas, en las que sin embargo funciona un lenguaje común internacional: el de los bancos y las empresas off shore. Esta historia es una historia de 492 millones de dólares que fueron transferidos a cuentas de los cinco continentes por 21 personajes y sociedades comerciales vinculadas a los Kirchner. Algunos de esas personas están siendo investigadas por la Justicia en casos de lavado de divisas o corrupción. Son operaciones que el Estado Nacional K intentó ocultar. Lo hizo la Procuradora General del Tesoro, Angelina Abbona, quien se llevó esa documentación antes de dejarle su cargo a su sucesor, Carlos Balbín. Era información obtenida a través de seis bancos distintos por los fondos buitres en un juicio que se desarrollo bajo jurisprudencia estadounidense por decisión de Néstor Kirchner. Clarín había revelado desde 2014 algunos de estos movimientos ocultos.
Fuente: Clarín
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