Diario Nova

Polémica porque dejaron sola a la víctima con su asesino en la casa del country-Nova

El crimen de Martindale.Especialistas aseguran que hubo negligencia de los abogados que los acompañaban ese día. Es por los antecedentes de agresiones que denunció la mujer.

Antes de degollarla en el vestidor de la casa de fin de semana que solían compartir, Fernando Farré se probó todas las máscaras de la violencia: menosprecio, sometimiento, celos, insultos, amenazas, control, golpes. Fueron diez años de terror durante los que Claudia Schaefer, su esposa, pidió ayuda, lo denunció en la Justicia y logró una orden de restricción que se venció una semana antes del encuentro del viernes en el que acordarían la división de bienes. Aún con todos esos antecedentes, nadie –ni la madre de él, que fue invitada a participar, ni los abogados de ambas partes– tuvo en cuenta que esa reunión podía terminar en un femicidio.

Los especialistas consultados por Nova coinciden en que fue un error grave que la víctima haya estado cara a cara con su agresor y que minimizaron el contexto en el que se dio el encuentro. Pero sobre todo plantean que jamás hay que subestimar a un hombre violento: basta una mirada suya para que una mujer decida abandonar un juicio de divorcio, basta un mal gesto para que la situación se vuelva incontrolable.

El viernes, cuando Schaefer entró al country Martindale, en Pilar, Farré había preparado café. La esperaba con una abogada del estudio que lo patrocinaba en el juicio de divorcio y con su madre. Schaefer –44 años, miembro del directorio de una famosa bodega– llegó con su abogado y le pidió a su marido –empresario desocupado, 52 años– que la acompañara a la cocina para conversar a solas. La madre de él ocupó un sillón en el living y los abogados, salieron al jardín. La pareja discutió en la cocina. Él la persiguió hasta el vestidor con dos cuchillos. Le dio varios cortes. El letal, en el cuello. Nadie lo pudo parar, pero todos lo vieron: la puerta de la habitación estaba cerrada, pero la cortina de la ventana había quedado descorrida.

“No debemos subestimar nunca las situaciones de riesgo. Cuesta comprender cómo se permitió que la mujer se encuentre en un cuarto a solas con el agresor. Eso es inaceptable aún si sólo hubiera sido ocasión para una agresión verbal.

Tenemos que tomar conciencia como sociedad y operadores del derecho de nuestras responsabilidades”, opinó Natalia Gherardi, directora ejecutiva del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género.

Schaefer había logrado una orden de restricción que se venció una semana antes de la reunión en el country. La mujer no la renovó porque quería ir a esa casa –adonde se había instalado el hombre– para retirar algunas pertenencias. Para Mabel Bianco, directora de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (Feim) los abogados “entregaron” a la víctima: “En los juicios de divorcio con dificultades en la división de bienes y sin antecedentes de violencia, es habitual que los abogados hagan gestiones sin la presencia de las partes. En casos de violencia, como éste, nunca deben encontrarse las partes porque los violentos se descompensan y agreden a la víctima”, señala.

El abogado del Instituto Wanda Taddei, Julio Torrada, quien asesoró a Schaefer en 2014, afirmó que hubo negligencia de los abogados. “Nunca una mujer golpeada debe pedir el levantamiento de la restricción. No era necesario exponerla ni darle la oportunidad de quedar a solas con ella”, dijo.

Farré estaba en tratamiento psiquiátrico desde hacía dos meses. Le negaba sistemáticamente el divorcio a su mujer poniendo como excusa a los tres hijos en común. Pero no le importaba desatar su furia delante de ellos ni la de la empleada doméstica. Cargaba con una denuncia de hostigamiento que en 2013 radicó una mujer que hacía las tareas de limpieza en su casa. El planteo de la defensa es que actuó bajo emoción violenta, algo que desestiman los especialistas de género. Como la abogada Raquel Hermida, miembro de la Fundación Red de Contención: “El hombre que actúa por impulso agarra cualquier cosa para lastimar a su víctima. Pero aquí tenemos varios elementos que demuestran lo contrario. Él agarró dos cuchillos y la siguió hasta otra habitación. Esto estaba claramente planificado y los abogados deben ser sancionados. En ese contexto no pueden llevar a negociación a nadie”, dice.

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