Dos estudios clínicos evidencian que el tratamiento con estos fármacos duplica la supervivencia libre de enfermedad y reduce de manera significativa el riesgo de desarrollar metástasis cerebrales.
Una nueva generación de fármacos frente al cáncer podría cambiar por completo el tratamiento del de mama HER2 positivo, incluso en sus etapas iniciales. Así lo confirman los resultados presentados durante el Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO 2025), donde dos grandes ensayos clínicos han mostrado avances que los expertos califican de “cambio de paradigma”.
Estas terapias se denominan anticuerpos conjugados dirigidos (ADC, por sus siglas en ingles) y combinan la precisión de los anticuerpos monoclonales con la potencia de los tratamientos de quimioterapia. Se componen de dos conjugados fármaco-anticuerpo, y el anticuerpo actúa como un “misil guiado” para localizar y unirse a proteínas específicas de las células cancerosas, entregando así el fármaco directamente al tumor y minimizando el daño a las células sanas.
Hasta ahora, su uso se había centrado sobre todo en fases avanzadas de la enfermedad, pero los nuevos datos apuntan a que podrían convertirse también en el nuevo estándar de tratamiento en fases tempranas.
Un nuevo estándar posquirúrgico.
El estudio DESTINY-Breast05, de fase III, comparó el fármaco trastuzumab deruxtecán (T-DXd) con el tratamiento estándar actual, trastuzumab emtansina (T-DM1), en pacientes con cáncer de mama HER2 positivo que aún presentaban enfermedad residual tras recibir quimioterapia antes de la cirugía.
Los resultados fueron incontesbles: las pacientes tratadas con T-DXd duplicaron la supervivencia libre de enfermedad invasiva en comparación con el tratamiento estándar. Además, el nuevo fármaco redujo significativamente el riesgo de desarrollar metástasis cerebrales, uno de los grandes desafíos en este tipo de cáncer. El perfil de seguridad fue considerado manejable y no se detectaron nuevos efectos secundarios graves. Estos datos sitúan a T-DXd como el nuevo candidato a sustituir a T-DM1 en el tratamiento posneoadyuvante del cáncer de mama HER2 positivo de alto riesgo.
Eficacia prometedora antes de la cirugía.
El segundo estudio, DESTINY-Breast11, evaluó por primera vez el uso de T-DXd antes de la cirugía, combinándolo con terapias dirigidas frente a HER2. Los resultados fueron igualmente alentadores: la tasa de respuesta patológica completa -la desaparición total del tumor en el tejido analizado tras el tratamiento- alcanzó el 67,3 %, frente al 56,3 % con la terapia convencional basada en antraciclinas. Además, el nuevo régimen mostró una menor toxicidad cardíaca y menos efectos adversos graves, lo que podría traducirse en tratamientos más eficaces y mejor tolerados para las pacientes.
Con estos resultados, los expertos coinciden en que los ADC inauguran una nueva era en el tratamiento del cáncer de mama, con el potencial de mejorar de forma sustancial la supervivencia y la calidad de vida de las mujeres afectadas por esta enfermedad.