Diario Nova

Julio César quiere eternizar su imperio, pero la nueva gestión ya lo habría vetado

JULIO TAPA

Es uno de los funcionarios de primer nivel con mayor duración en su cargo, y ya se autopostuló para seguir como Fiscal de Estado. Sin embargo, crecen las versiones de que la nueva administración tiene como prioridad deshacerse de su presencia, e incluso ya estarían ultimando un plan para forzarlo a renunciar.

Julius Caesar wants to perpetuate his empire, but the new management would have already vetoed it.

Julio César Rodríguez Signes fue puesto en funciones como Fiscal de Estado en el lejano 2008. Un un radical peleado con los propios que lo acusaban de haber contribuido para voltear a Montiel, fue captado por Urribarri que lo colocó en ese cargo tan crucial. Atravesó las dos gestiones de Urribarri, y luego siguió hasta hoy con Bordet. La intención que tiene es aferrarse al cargo, por lo que ya anunció que está listo para quedarse y seguir con Frigerio. Pero, desde el círculo cercano del gobernador electo ya adelantaron que lo que menos quieren es tenerlo por su considerarlo SOCIO de Urribarri y de proteger funcionarios por hechos de corrupción en la gestión de Bordet.

La Fiscalía de Estado está encargada de proteger los intereses del Estado entrerriano frente a los más de 9 mil juicios en los que actualmente está involucrado, con múltiples tipos de causas, que tienen que ver, mayormente, con cuestiones previsionales y de coparticipación. Estos últimos involucran importantísimas sumas de dinero.

Sin embargo, en más de una oportunidad, a Rodríguez Signes se lo señaló como el abogado del Gobernador de turno, una idea y fama de la cual quiere despegarse el nuevo gobierno, necesitado de mejorar su malograda imagen por tener tantos nombres reciclados de políticos que siempre vivieron de cargo en cargo, viviendo de una u otra forma del Estado. Sostener a Rodríguez Signes implicaría fortalecer la sensación de “más de lo mismo”.

Durante los años en que ha ejercido como Fiscal de Estado, es notable el cambio de velocidad que ha experimentado Rodríguez Signes cuando se trató de investigar casos de corrupción por parte de funcionarios del gobierno. Se ralentiza, va en cámara lenta, y las causas se van estirando en el tiempo, diluyéndose, para mal de la justicia, para bien de él mismo que de esta forma va comprando favores, y acumulando poder. Tal vez ahora sea el momento de ejecutar los favores que ha ahorrado porque su cargo está siendo puesto en jaque.

Después de tantos años, el Fiscal de Estado acopió muchos secretos habiendo resguardado las espaldas de tantos funcionarios cuestionados por corrupción, como la vicegobernadora, María Laura Stratta. Y por este accionar, termina siendo cómplice, un socio del poder de turno. Fue contra Urribarri cuando ya había dejado de ser gobernador, pero a Stratta le permitió gozar de la impunidad que ella pasea en helicóptero. ¿Será por eso que ahora quieren bajarlo?, habrá un pacto para quitarlo del cargo para que no vaya contra los que ya no tengan poder después del 10 de diciembre?

Históricamente los Fiscales de Estado de Entre Ríos se han ido junto con la administración política que los puso en funciones. Repasando la historia de estos 40 años de democracia, Jorge Campos asumió como fiscal de Estado junto a Sergio Montiel en 1983, y renunció en 1987. Le sucedió Raúl Barrandeguy, quien también dimitió en 1991. Con la entrada de Mario Moine, Mario Herrera tomó el cargo, pero presentó su renuncia en 1995. Ese mismo año, Idelfonso Esnal asumió la responsabilidad, pero renunció cuatro años después al concluir la gestión de Jorge Pedro Busti en 1999. Sergio Avero asumió durante el segundo gobierno de Montiel y renunció cuatro años más tarde. En 2008 Rodríguez Signes asume el cargo, y ahora, amparándose en la Constitución entrerriana, pretende seguir al frente de la Fiscalía de Estado per saecula saeculorum.

Conscientes de que la Constitución respalda el empecinamiento de Rodríguez Singes, desde el entorno cercano de Frigerio se está considerando seriamente sacar a relucir y profundizar la llamada “Causa Codesal – Hotel Ayuí” que se inició en 2010. En esta causa se destacó el testimonio del Fiscal de Estado, que, en palabras del fiscal del caso, José Emiliano Arias, el funcionario provincial se alejó de la verdad. Arias afirmó que la Fiscalía de Estado no cumplió con su misión y se convirtió en un eslabón en la cadena de corrupción y alguna que otra sociedad con el ex gobernador Sergio Urribarri. Esta sería el arma con la que se pretendería hacer deponer la actitud a Rodríguez Signes.

En un intento de simpatizar con la nueva administración, Rodríguez Signes se pone en la vereda de enfrente respecto a lo que siempre postularon dirigentes del PJ como Marcelo Cassaretto, Laura Stratta, Adan Bahl, Jorge Cáceres, quienes afirmaban que mientras Rogelio Frigerio era parte del gobierno de Macri como Ministro del Interior “pateó” en contra de Entre Ríos. Hoy Rodriguez Signes se aparta de esa opinión y destaca públicamente el pacto fiscal del 2016, que, según sus palabras, fue uno de los hechos jurídicos y políticos más importante de la historia contemporánea entrerriana, porque significó que la provincia recuperara la coparticipación cedida por el pacto fiscal de los ´90 para financiar la Anses. A Entre Ríos le representó la devolución del 15 por ciento en cinco años. Una alabanza de Rodríguez Signes para Frigerio, prácticamente, un piropo.

Pero, la decisión está prácticamente tomada por la nueva gestión, porque no desean tener en un lugar tan clave y estratégico a quien consideran fue un SOCIO de Urribarri como ahora lo es de Bordet.

En los pasillos de Casa de Gobierno se lo menciona a Rodríguez Signes como un sicario que hostigaba judicialmente a todo aquel que le encargaba quien estuviera a cargo de la gobernación. Ya cumplió cuatro períodos, todo indica que no habrá quinto.

Fuente: El Portal de Ricardo David.