Diario Nova

Hay 30 mil muertes al año por insuficiencia cardíaca-Nova

Salud

La cifra no disminuye desde 2006. Por eso, dos entidades cardiológicas abrirán un registro nacional de enfermos.  Buscarán mejorar la eficacia de los tratamientos en todo el país.

Por año, 120.000 argentinos desarrollan insuficiencia cardíaca, un trastorno que consiste en que el corazón no puede bombear suficiente sangre al resto del cuerpo para que funcione. Entre los afectados, 70.000 necesitan internación en hospitales y 30.000 se mueren, según las estadísticas vitales del Ministerio de Salud de la Nación. Desde 1997 a 2006, hubo una reducción del 20% en la mortalidad por insuficiencia cardíaca, pero después la disminución se estancó. Para impulsar un cambio, la Sociedad Argentina de Cardiología y la Federación Argentina de Cardiología harán el primer estudio federal de pacientes para identificar cómo se los trata y cómo evolucionan.

“Fallecen 30.000 argentinos por insuficiencia cardíaca, y consideramos que se podría prevenir y tratar mejor el tiempo para reducir la mortalidad”, dijo a nuestro medio Guillermo Fábregues, presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC). Las dos entidades médica pondrán en marcha el estudio observacional y prospectivo, en el que participarán 400 médicos, que seguirán a 4.000 pacientes crónicos y ambulatorios. Servirá para monitorear cómo hoy se trata a la insuficiencia cardíaca, cómo evolucionan los pacientes e identificar por qué la mortalidad no baja.

Entre otros objetivos, “se busca definir cuáles son las barreras que conspiran para que hayan diagnósticos y tratamientos adecuados en el país”, según Jorge Thierer, jefe de la unidad de insuficiencia cardíaca del Cemic y director del consejo en la problemática de la SAC. En el país, ya se han realizado varios registros relacionados a insuficiencia cardíaca en los últimos 20 años. Pero “han evaluado especialmente pacientes internados con insuficiencia cardíaca y en menor medida, pacientes ambulatorios. En este último grupo, el último realizado es de diez años atrás. Durante los últimos años hubo avances en el tratamiento de la enfermedad que no se han evaluado y hemos encontrado algunas limitaciones en los registros previos. El estudio que haremos será representativo de toda la población”, aclaró a Clarín Eduardo Perna, jefe de insuficiencia cardíaca, del Instituto de Cardiología Cabral, en Corrientes, y miembro de la Federación Argentina de Cardiología.

La insuficiencia cardíaca es bastante común, pero sólo 1 de cada 10 personas es capaz de identificar los síntomas: la dificultad para respirar, hinchazón de piernas y tobillos, rápido aumento de peso y dificultad para realizar tareas cotidianas. También el trastorno se puede manifestar a través de síntomas como el cansancio, la frecuencia cardíaca rápida, la necesidad de orinar por la noche y la dificultad para dormir acostado.

Muchas más personas sufren la enfermedad. ¿Y a qué se debe que haya tantas personas con insuficiencia cardíaca? “El aumento de casos de la enfermedad se debe, en parte, al éxito logrado en el control de otros problemas de la salud”, respondió Fábregues. Es que la vacunación y otras estrategias sanitarias hicieron que las personas vivan más años. A mayor edad, el corazón está más deteriorado y hay más riesgo de sufrir insuficiencia cardíaca. Se estima que una de cada cinco personas mayores de 40 años la padece. Otro factor es que más personas sobreviven a los infartos porque mejoró su tratamiento, pero luego sufren la insuficiencia.

Pero también hay “fracasos” en el control de otros trastornos, según Fábregues: sólo el 26,5% de las personas con hipertensión en la Argentina acceden al tratamiento y consiguen controlar su presión arterial. Y se sabe que la hipertensión descontrolada, la obesidad y la diabetes tipo 2 son otros factores que pueden conducir a la insuficiencia cardíaca. Es decir, en muchos casos, la insuficiencia es la consecuencia final de otras enfermedades cardiovasculares, porque lesionan la capacidad del corazón para funcionar como una bomba capaz de llevar suficiente oxígeno y nutrientes al organismo para que funcione normalmente.

Sin embargo, hay mucho por hacer. Los que hoy están sanos pueden adoptar medidas de prevención: comer más frutas y verduras, hacer actividad física de manera regular, no fumar tabaco, consumir alcohol con moderación, hacer chequeos periódicos de presión arterial, glucemia y con electrocardiogramas, reducir el consumo de sal y azúcar, y controlar el sobrepeso. Y los que ya padecen otras condiciones que son factores de riesgo de la insuficiencia cardíaca y tienen antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular, deberían estar atentos y cuidarse: hay que cumplir con las recomendaciones de cambios en los hábitos alimentarios, hacer actividad física con continuidad (como caminatas diarias), y adherir al tratamiento para controlar la diabetes, la hipertensión y la obesidad.

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