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China mejora la capacidad de defensa aérea de Irán con una nueva transferencia de misiles HQ-9B

Según fuentes de inteligencia árabes citadas por Middle East Eye el 7 de julio, Irán ha recibido entregas de baterías de misiles tierra-aire de largo alcance (SAM) HQ-9B de fabricación china en las semanas posteriores al alto el fuego con Israel el 24 de junio de 2025. Al parecer, la adquisición se produjo en virtud de un acuerdo de trueque en el que Teherán compensaba a Pekín con envíos de petróleo, un método utilizado anteriormente para eludir las sanciones estadounidenses.

La cantidad de sistemas recibidos no se ha revelado públicamente, y ni los gobiernos chino ni iraní han emitido confirmación oficial. Sin embargo, funcionarios árabes declararon que Estados Unidos ha sido informado de los esfuerzos de reconstrucción posconflicto de Irán, incluyendo el refuerzo de la defensa aérea.

Los sistemas HQ-9B están destinados a reemplazar las capacidades destruidas durante la campaña israelí de doce días, que tuvo como objetivo bases de misiles, instalaciones de radar y estructuras de mando. Israel logró una superioridad aérea temporal durante este período, destruyendo plataformas de lanzamiento de misiles balísticos y eliminando a múltiples generales y científicos iraníes. No obstante, Irán continuó lanzando misiles contra objetivos israelíes, alcanzando zonas de Tel Aviv y Haifa antes de que entrara en vigor el alto el fuego.

El HQ-9B, desarrollado por la Corporación de Importación y Exportación de Maquinaria de Precisión de China (CPMIEC), representa una versión modernizada de los sistemas HQ-9 anteriores, integrando características de diseño derivadas del S-300PMU1 ruso, junto con radar y electrónica de fabricación china. El sistema utiliza un misil de dos etapas de combustible sólido con un alcance máximo reportado de 260 kilómetros y un techo de 27 kilómetros.

El misil sigue una trayectoria de navegación inercial durante su fase inicial, guiado a mitad de trayectoria mediante un enlace de datos desde un sistema terrestre, antes de pasar a la orientación por radar activo en su fase terminal. El misil viaja a velocidades superiores a Mach 4,2. Una batería suele estar compuesta por un puesto de mando, un radar de antena en fase de banda S HT-233, un radar de adquisición y de seis a ocho transportadores-erectores-lanzadores (TEL).

El sistema de radar permite la vigilancia y el seguimiento de 360 ​​grados de hasta 100 objetivos, con capacidad para atacar entre seis y ocho de ellos simultáneamente, según la configuración. El HQ-9B aún no se ha utilizado en combate activo, pero los ejercicios militares chinos han simulado intercepciones de objetivos furtivos, proyectiles de alta velocidad y escenarios de contramedidas electrónicas, incluidos aquellos que involucran misiles de crucero y aviones de baja observabilidad.

La red actual de defensa aérea de Irán incluye una combinación de sistemas rusos, chinos y de desarrollo nacional. Estos incluyen cuatro baterías del sistema S-300PMU2, sistemas Bavar-373 con variantes mejoradas que, según se informa, alcanzan los 300 kilómetros, y más de 40 baterías de las series Khordad y Sayyad. Otros SAM de largo alcance en servicio incluyen el Arman, con un alcance declarado de 180 kilómetros y una velocidad de Mach 5-6,5, y el S-200 Ghareh con un alcance extendido de hasta 350 kilómetros.

Los sistemas de mediano alcance en servicio en Irán incluyen la serie Raad, el 2K12 Kub mejorado nacionalmente, el AD-40, el Mersad y el Hawk mejorado. La red de defensa aérea también incluye sistemas de corto alcance como el Herz-9, el Kamin-2, el Ya Zahra-3 y el Azarakhsh, así como sistemas portátiles de defensa aérea (MANPADS) como la familia Misagh y el lanzador Soheil. Las plataformas de defensa aérea basadas en artillería, como el ZSU-23-4 Shilka, el ZSU-57-2 y el ZU-23-2, y los cañones automáticos guiados por radar de 100 mm y 35 mm, también forman parte de la arquitectura de defensa aérea iraní.

La integración del HQ-9B en esta red estratificada aumenta el alcance de combate y la resistencia del radar, especialmente contra las amenazas que representan los aviones furtivos y las municiones de alta velocidad.

La cooperación militar de China con Irán sigue estructurada para evitar la confrontación directa con las potencias occidentales. Durante el conflicto entre Irán e Israel, China condenó los ataques israelíes y estadounidenses a través de las plataformas de las Naciones Unidas y los BRICS. El ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, solicitó un nuevo acuerdo internacional sobre Irán, pero no se ofreció asistencia militar. China también mantiene una negación oficial de ventas directas de armas a Irán y afirma aplicar las leyes de control de exportaciones relacionadas con materiales de doble uso.

No obstante, empresas chinas como Lion Commodities Holdings, con sede en Hong Kong, han sido vinculadas a contratos recientes con empresas iraníes, incluida Pishgaman Tejarat Rafi Novin Co. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos impuso sanciones en abril y mayo de 2025 a personas y entidades de China e Irán involucradas en la adquisición de componentes para misiles. Estas sanciones forman parte de los esfuerzos continuos para limitar el desarrollo de las capacidades nucleares y de misiles de Irán. China sigue siendo el principal cliente de petróleo de Irán, y gran parte de este comercio se realiza a través de refinerías independientes que utilizan los llamados petroleros de la «flota oscura» para ocultar el origen de la carga y evadir la aplicación de las sanciones.

La cooperación militar entre ambos países ha incluido repetidos ejercicios conjuntos, como el ejercicio «Cinturón de Seguridad Marítima» de marzo de 2025, cerca de Chabahar y el estrecho de Ormuz. El ejercicio, en el que participaron unas quince embarcaciones de Irán, China y Rusia, incluyó simulacros de fuego real, operaciones de abordaje, interferencias de GPS y escenarios de guerra electrónica.

Estas actividades reflejan una mayor interoperabilidad, aunque su impacto operativo sigue siendo limitado. Según informes, Pekín y Teherán también están negociando un posible acuerdo para la adquisición de los cazas multifunción J-10C. Estas aeronaves, denominadas Vigorous Dragon, se presentaron en el Airshow China 2024 y están propulsadas por motores WS-10B, equipadas con radar AESA y diseñadas para combate a larga distancia.

La posible venta ha suscitado la preocupación de Israel, que ha solicitado formalmente a China que detenga la transferencia. Irán considera el J-10C una forma de subsanar las deficiencias en las capacidades de su fuerza aérea, en particular tras la entrega lenta o incompleta de los cazas Su-35 de Rusia. Las conversaciones sobre el avión están en curso y no se ha reconocido públicamente ningún contrato formal.

El HQ-9B también está en servicio en otros países, como Pakistán, Turkmenistán, Uzbekistán y Marruecos. Egipto confirmó el uso del sistema en julio de 2025, cuando el mayor general retirado Samir Farag declaró en una entrevista televisiva que el HQ-9B se había integrado en la red de defensa aérea egipcia. En julio de 2025 se observaron vuelos de transporte militar egipcios con aviones Il-76MF entre China y Pakistán, probablemente relacionados con este despliegue.

La variante de exportación del HQ-9B, el FD-2000B, se ha comercializado como alternativa a los sistemas Patriot estadounidenses y SAMP/T franceses, que suelen estar sujetos a restricciones operativas y condiciones de exportación. El coste estimado de un regimiento de sistemas HQ-9B es de aproximadamente 1.500 millones de dólares. En el caso de Egipto, problemas con proveedores occidentales, como la negativa de Estados Unidos a suministrar misiles AIM-120 AMRAAM, la retención por parte de Francia de misiles MICA de largo alcance para los Rafale y la redirección por parte de Alemania de baterías IRIS-T SLM a Ucrania, contribuyeron a la decisión de adquirir el sistema chino.

El HQ-9B está diseñado para la movilidad y la integración con otras plataformas de radar y vigilancia. En Egipto, se informa que el sistema está posicionado para cubrir áreas estratégicas clave como la península del Sinaí, el Canal de Suez y la costa del Mar Rojo. Estos despliegues están configurados para cumplir con las restricciones de los Acuerdos de Camp David, que limitan la presencia de aviones de combate en el Sinaí.

La movilidad del HQ-9B y su compatibilidad con sistemas como el MiG-29M han permitido su uso dentro de los marcos de cumplimiento de los tratados. Es probable que se emplee el mismo enfoque en Irán, donde el sistema de misiles se integrará junto con los sistemas rusos Buk-M2 y Tor-M2, los sistemas de radar alemanes y los sensores desarrollados en Irán. Esto se alinea con la estrategia más amplia de Irán de mantener una red de defensa estratificada y de múltiples proveedores que reduzca la dependencia de proveedores con restricciones políticas. La posible integración futura del HQ-9B con aviones chinos como el J-10C y el J-31, así como su compatibilidad con arquitecturas de defensa aérea en red, respaldan este objetivo, aunque actualmente no hay evidencia que confirme la integración operativa entre plataformas.

Si bien el HQ-9B aún no se ha probado en combate, su adopción por parte de múltiples países, incluyendo la reciente confirmación de Egipto, y las características técnicas demostradas en ejercicios militares chinos sugieren una creciente confianza internacional en su utilidad. 

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