Entre el 14 y el 19 de septiembre se desarrolló el Ejercicio Arandú 2025, una actividad combinada que reunió a más de 320 militares de ambas Fuerzas en el Centro de Adiestramiento-Sul (CA-Sul), en Santa Maria, Brasil.
Este adiestramiento tuvo como propósito fortalecer la interoperabilidad, optimizar los procesos de planeamiento y conducción de operaciones, y fomentar el intercambio de experiencias profesionales entre ambas Fuerzas.
El ejercicio se llevó adelante bajo la modalidad de juego de guerra, con el sistema COMBATER, que permite recrear escenarios tácticos y operacionales en un ambiente virtual. De este modo, los puestos comando de ambos Ejércitos planifican y efectúan maniobras conjuntas sin necesidad de desplegar medios reales.
En los primeros días, la simulación se centró en el despliegue inicial de las fuerzas y la ocupación de posiciones. Se recrearon avances de tropas blindadas y mecanizadas, con ataques coordinados que exigieron un planeamiento detallado y una estrecha integración de inteligencia y logística. Estas maniobras no solo evaluaron la capacidad de conducción táctica, sino también la habilidad para sincronizar el empleo de diferentes armas y unidades en un ambiente operacional complejo.
A medida que avanzó la semana, la simulación incorporó operaciones aeromóviles y aerotransportadas, elevando el nivel de exigencia. Se planificaron y ejecutaron lanzamientos virtuales de paracaidistas, simulando inserciones profundas en la retaguardia enemiga, así como asaltos aéreos con medios de aviación de Ejército. Estas operaciones fueron claves para modelar la movilidad y la flexibilidad que demandan los escenarios actuales, donde la rapidez de reacción puede definir el resultado de una operación.
De forma paralela, se introdujeron misiones de fuerzas de operaciones especiales, que llevaron a cabo incursiones de reconocimiento y acciones puntuales de alto impacto sobre objetivos críticos. Estas tareas exigieron máxima coordinación con el resto de la maniobra general, integrando a estas fuerzas dentro del esquema operativo binacional y reflejando la complejidad real de las operaciones modernas.
Cada fase de la simulación se construyó para que los estados mayores de ambos Ejércitos trabajen como una sola estructura, tomando decisiones conjuntas y evaluando las consecuencias de cada acción. El nivel de detalle permite que, por ejemplo, una decisión logística mal calculada afecte el ritmo de las operaciones, o que una falla en las comunicaciones complique la sincronización entre blindados, apoyo de fuego, helicópteros y tropas aerotransportadas.
Pero el Ejercicio Arandú 2025 no se limita a la simulación. Es parte de un proceso más amplio que culminará en el ejercicio combinado con tropas en el terreno que se llevará a cabo en Brasil en la segunda mitad de 2026. De esta manera, todo lo realizado en esta fase sirve para ajustar planes, mejorar la interoperabilidad y garantizar que cuando llegue el momento de desplegar las fuerzas, lo hagan con un conocimiento mutuo profundo y procedimientos compartidos.El ejercicio fue codirigido por el general de brigada Marcelo Martini Monteiro, comandante de la 2da Brigada de Caballería Mecanizada de Ejército Brasileño, y el general de brigada Sergio Jurczyszyn, comandante de la Fuerza de Despliegue Rápido del Ejército Argentino. Además, se recibió la visita del general de división Oscar Santiago Zarich, comandante de Adiestramiento y Alistamiento del Ejército, quien recorrió las instalaciones y supervisó el desarrollo de las actividades.