Diario Nova

El país occidental más atacado estaba a la espera de un “11-S a la francesa”-Nova

El 24 de septiembre, la aviación francesa comenzó a bombardear posiciones del ISIS en Siria en lo que llamó la “Operación Chammal”. Desde ese momento Francia estaba en alerta máxima. El Palacio del Eliseo había recibido decenas de informes de posibles represalias. “Desbaratamos posibles atentados todos los días”, había dicho el ministro del Interior Bernard Cazaneuve. El fiscal de la República, François Molins llegó a insinuar que podría sobrevenir un “11/S a la francesa”. Anoche, la larga mano del terrorismo volvió a atacar en París, matando a decenas de personas, y estuvo apenas a metros de cobrarse la vida del presidente François Hollande mientras presenciaba el partido entre Francia y Alemania en el Stade de France. Si el kamikaze que se hizo explotar en el bar hubiera tenido una carga más importante, la horrible amenaza de hacer estallar un estadio lleno, se hubiera hecho realidad.

El año había comenzado con el terrible ataque del 7 de enero a la redacción de la revista satírica Charlie Hebdo, no muy lejos de donde anoche se produjeron los atentados, y al supermercado Hiper Cácher. Fueron 17 muertos y decenas de heridos. Desde entonces, 7.000 policías y 10.000 militares patrullan las calles de la capital francesa. Otros 25.000 policías mantienen vigilados unos 5.000 lugares sensibles en todo el país. El gobierno aumentó el presupuesto de seguridad en este lapso en 736 millones de euros.

La policía tiene fichados a unos 5.000 yihadistas franceses y que, supuestamente, habitan dentro del país. Pero los fiscales dieron un informe hace unos días en los que decían que sólo se vigilaba permanentemente a 1.733. Todo esto sin contar que hay al menos 2.000 franceses que se encuentran luchando con el ISIS en Siria e Irak. Muchos de ellos no se cansan de enviar videos llamando a sus amigos de los suburbios donde viven los inmigrantes desempleados de origen musulmán para que se unan al ISIS.

El último intento de atacar fue descubierto por la policía el 29 de octubre. Un muchacho francés de 25 años y origen marroquí se preparaba para atacar cuando fue atrapado en una casa de las afueras de Toulon. Otros atentados demostraron que, incluso, los fichados y vigilados terminan atentando como ocurrió en el caso del marroquí Ayoub El Khazzani que en agosto fue reducido por ex soldados estadounidenses cuando iba a matar en un tren que venía de Bruselas hacia París. El otro ejemplo es el de Yassine Salhi que en junio hizo volar un depósito de gas y decapitó a su jefe.

El resto de Europa estaba, al mismo tiempo, en alerta desde que se conoció que drones de Estados Unidos habían lanzado misiles y matado a Mohamed Emwazi, más conocido como Yihadi John, el hombre enmascarado con acento británico que había decapitado a varios rehenes occidentales en nombre del ISIS. La apuesta de muchos era que iba a haber una represalia, muy pronto, en algún lugar del mundo.

El grupo terrorista sunita que declaró el año pasado un califato del Siglo XXI entre Siria e Irak y que desde entonces se expandió a Libia, Chad, Egipto, Afganistán, Yemen y varios otras regiones de Oriente Medio, evidentemente tiene un poder de fuego extraordinario. Incluso, para cometer una serie de atentados como la de anoche en la capital francesa. Ya la red terrorista Al Qaeda, a la que el ISIS dice haber superado, mantuvo por años en varios países europeos “células dormidas” de yihadistas dispuestos a atacar en cualquier momento. El ISIS, ahora parece demostrar, si es que se comprueba que es el instigador, que controla desde Raqqa, la capital de su califato, la acción de decenas de combatientes y suicidas y que le obedecen ciegamente apenas con recibir una señal.

Es probable que estos grupos que actuaron en París hayan estado planificando estos ataques desde hace tiempo, y la muerte del emblemático Yihadi John pudo haber acelerado los tiempos.

Los atentados contra Charlie Hebdo marcaron un quiebre en Francia. Se convirtió en el país occidental más atacado. Cuatro días más tarde dos millones de personas, acompañados por 40 líderes de todo el mundo, salieron a las calles de París. Millones más se manifestaron en el planeta bajo la consigna de Je suis Charlie. Hoy vuelve a resonar ese clamor ante este nuevo y durísimo golpe.

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